viernes, 3 de agosto de 2007

El monstruo negro

Estoy medio dormido cargando la bici en el coche, me he dado un buen madrugón para estar de vacaciones. Carles, un amigo de las mismas aficiones “masoca-deportivas” a las mías, me ha citado a las 7:30. "Haremos una ruta muy guapa”, me prometió ayer...uf! esto suena a machaque. Mientras desmonto las rueda para meter la bici en maletero del coche me doy cuenta que algo le pasa a mi fiel Trek, ¿he pinchado?. Pues no, lleva puestos los “slick”, el sueño hace estragos en mis neuronas. Ya no lo recordaba, hoy toca carretera. La carretera para un mountainbiker como yo, es ese monstruo de color negro con una franja blanca en el lomo que se come a los ciclistas. Así el día se presenta entre emocionante e incierto y por que no decirlo, con un pelín de “acojone”. Recojo a Carles y sobre las 9 ya estamaos en el punto de partida con todo listo.
Después de 50 km y más de 1000 m de desnivel positivo estoy agotado pero tengo una sonrisa de oreja a oreja que me durará todo el día. Hemos recorrido una serpenteante y solitaria carretera que sin apenas descansos te lleva des de el nivel del mar, con un clima bochornosamente mediterráneo, a 1200 metros de altura en un clima fresco continental con una vegetación tan abundante que casi no deja pasar la luz del Sol. Impresionante. Y todo sin a penas ensuciar la bici, sin pisar un metro de tierra. En fin, que no solo de ruedas gordas vive el ciclista y está claro que si eliges el destino y la compañía adecuados el monstruo negro no es tan fiero y te puede llevar a lugares majestuosos...¿para cuando una hermanita flaca para la Trek?

2 comentarios:

Jorge Reynal dijo...

Excelente Ferran. La bici te va a dar grandes satisfacciones. Si la mountain bike es una sonata de Mozart, la bici de carrera es una sinfonia de Mahler.

Mucha suerte,

Jorge.

Ferran Vila dijo...

En eso estamos Jorge, en ir alternando la melodía pero que suene bien.

Un saludo.


Ferran

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