Esto se ha parecido a una boda, meses y meses esperando el día y al final visto y no visto y se acabó. Como es lo que toca ahí va la crónica:
Jamas hubiera pensado que titularía así un párrafo que hablara de natación. En la salida coincidí con Alex y comentando la jugada se me hicieron más llevaderos los eternos minutos de espera en el cajón de salida. Primera salida, segunda y allá vamos. Des de el primer momento me sentí muy a gusto en el agua, nadando cómodo y sin agobios aun que mi orientación en el mar fue nefasta y metí bastantes más metros para no saltarme ninguna boya, como sí hicieron muchos participantes (?). A pesar de ello, salgo del agua en 40 minutos que era el tiempo que había previsto. Muy contento. Laia está ahí animándome, subidón de adrenalina y transición sin prisa pero sin pausa y a pedalear.
El Purgatorio.
De Calella a Mataró me pasan los kilómetros volando´. Sin darme cuenta ya estoy enfilando hacia Dosrrius. En Argentona tengo más claca y nuestro amigo Francesc me pega unos gritos de ánimo que son balsámicos. Otra vez en la N-II sin coches, solo por ver esto ya valía la pena participar en la Challeng. Llego a Premià, estoy en casa. En la estación más apoyos, Violeta y Karli animan como forofos, un poquitn más de fuerza para las piernas. En Masnou media vuelta y para Calella otra vez. El viento es cambiante en tramos a favor y los kilómetro finales en contra, los dos últimos repechos pasan factura a las piernas pero ya llegamos a las calles de Calella. Al final 2:49 para el tramo ciclista y 4 minutos más de lo previsto. La cosa marcha. De nuevo en la entrada a boxes Laia sigue animándome y ahora se le a sumado mi padre. Más emoción, alguna lagrimilla me salta del ojo, pero hay que concentrarse que esta transición es más rápida.
El Infierno.
Empiezo la carrera a pie con buenas sensaciones en la piernas, de hecho no tendré ningún problema muscular en toda la prueba (gracias Violeta, tú ya lo dijiste). Primero corremos por el paseo dirección Mataró, hasta que en el final de Calella damos media vuelta dirección Malgrat. El viento pega de cara y ya se ve que lo que es fresquito no vamos a pasar. Paso el kilómetro 5 en poco menos de 25 minutos siguiendo con los tiempos previstos incluso tengo la sensación de poder mantener este ritmo todo el segmento. Pero cuando estaba llegando al giro de 180 grados de Malgrat para regresar a Calella, ya veo que la cosa no será así. Aquí empieza mi particular infierno y una lucha titánica entre mis piernas que quieren ponerse a andar y mi cerebro que dice que de esto ni hablar, para pasear el parque, aquí hemos venido a correr. Hasta Calella paso las de caían, las piernas no están mal, pero tengo unos flatos increíbles, y me siento agotado, en cada avituallamiento bebo y me tiro por encima un par de vasos de agua, el calor me está matando. Por fin estoy en Calella, hay mucha animación y esto y que ya huelo a meta me reconforta mucho, pero no puedo apretar el ritmo. Sigo arrastrándome hasta la subida final, otra vez mi padre y Laia. Beso a mi mujer sabedor que esto se acaba y sufro los últimos metros de cuesta, entro en la pista de atletismo disfrutando del final. Cruzo el arco de meta, toco la campana y ya soy FINISHER!, tras la media maratón más lenta de mi vida en 1:55, sufriendo lo indecible.
Empiezo la carrera a pie con buenas sensaciones en la piernas, de hecho no tendré ningún problema muscular en toda la prueba (gracias Violeta, tú ya lo dijiste). Primero corremos por el paseo dirección Mataró, hasta que en el final de Calella damos media vuelta dirección Malgrat. El viento pega de cara y ya se ve que lo que es fresquito no vamos a pasar. Paso el kilómetro 5 en poco menos de 25 minutos siguiendo con los tiempos previstos incluso tengo la sensación de poder mantener este ritmo todo el segmento. Pero cuando estaba llegando al giro de 180 grados de Malgrat para regresar a Calella, ya veo que la cosa no será así. Aquí empieza mi particular infierno y una lucha titánica entre mis piernas que quieren ponerse a andar y mi cerebro que dice que de esto ni hablar, para pasear el parque, aquí hemos venido a correr. Hasta Calella paso las de caían, las piernas no están mal, pero tengo unos flatos increíbles, y me siento agotado, en cada avituallamiento bebo y me tiro por encima un par de vasos de agua, el calor me está matando. Por fin estoy en Calella, hay mucha animación y esto y que ya huelo a meta me reconforta mucho, pero no puedo apretar el ritmo. Sigo arrastrándome hasta la subida final, otra vez mi padre y Laia. Beso a mi mujer sabedor que esto se acaba y sufro los últimos metros de cuesta, entro en la pista de atletismo disfrutando del final. Cruzo el arco de meta, toco la campana y ya soy FINISHER!, tras la media maratón más lenta de mi vida en 1:55, sufriendo lo indecible.
En principio me decepciono mi tramo a pie, pero viéndolo hoy fríamente, de decepción nada de nada. Sufrí mucho y supe sobreponerme a se sufrimiento, no ande ni un paso en toda la media y peleé hasta el último metro. Para postres en seis meses he conseguido cpasar de ser un piltrafa que se hundía como una piedra a perderle totalemte el miedo al agua. La verdad es que hoy lo que siento es satisfacción.
Al final un tiempo total de 5 horas 33 minutos que para mi no está mal, una gran organización que buscándole un pero diría que en el sector a pie tendrían que estar más claros los puntos kilométricos, por lo demas espectacular. También me llevé una decepción muy grande. No esperaba ciertas actitudes de los triatletas participantes, al menos no de forma tan masiva. Saltarse las boyas en el mar para recortar metros no se que sentido tiene y la norma de "no drafting" fue directamente masacrada por centenares de participantes que marchaban en pelotones dignos del Tour de Francia. En fin, allá cada uno con su conciencia.
En definitiva otro gran día para recordar. Enhorabuena a todos los finisher. Un saludo des de aquí para Andrés que al fin conocí en persona. Gracias a Karli, Violeta y Francesc por estar ahí animando, un beso para mi padré que paso toda la mañana en Calella aguantando el solano y para mi madre que no pudo venir pero se que en seguida llamó para saber si "ya ha salido del agua". Y que decir de Laia, mi mujer que lleva sufriendo este triatlón des de hace medio año y sin la que nada de esto hubiera sido posible; "gràcies Laia, t'estimo".